Después de legalizar el licor al mundo lo asaltó una certeza: las drogas eran el mal y al mal había que combatirlo; pero la mafia ha encontrado siempre las maneras más efectivas para extender su poder. Se dice que una de esas maneras, en la Bogotá de los años ochenta, fue diseminar cocaína en los tatuajes para niños que regalaba una reconocida marca de helados.
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After liquor’s legalization the world got sure of one thing: drugs were evil and evil had to be fought against. Word is that in Bogota, in the 80s, the mafias found the worse way to demonstrate their dominion: to spread cocaine through tattoos for kids, distributed for free by a recognized ice cream brand.
– Mockumentary –
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